La nueva era del despido: cuando el humanismo solo es discurso

@chiapasenlamira
Mientras el gobierno de Chiapas promueve una supuesta “nueva era” basada en los valores del humanismo, la humildad y el compromiso, la realidad en muchas dependencias estatales dista mucho de ese discurso. Prueba de ello es lo que ocurre actualmente en el Instituto de Protección Social y Beneficencia Pública del Estado, donde ya son ocho personas —sí, ocho— las que han sido obligadas a firmar su renuncia o, en su defecto, despedidas sin justificación válida.Una de ellas, Sandra Liliana Tamayo Flores, encargada del área de informática, rompió el silencio para alzar la voz por ella y por quienes han sido víctimas de un patrón que parece repetirse en distintas áreas del gobierno estatal: el despido injustificado de trabajadoras y trabajadores con años de servicio, para colocar en su lugar a personas sin experiencia, pero con vínculos políticos o personales con los nuevos titulares.El caso es más que preocupante. La directora del instituto, Selene López León, junto con el jurídico Edgar Aguilar Ruiz, son señalados por ejercer presión directa sobre el personal para forzar su renuncia. ¿Dónde queda el humanismo que tanto pregonan? ¿Qué clase de humildad obliga a una mujer, cuidadora de un padre enfermo, a dejar su fuente de ingresos sin razón válida más que la orden de «superiores»?Este no es un caso aislado. En varias dependencias del gobierno estatal se está repitiendo el mismo modus operandi: limpiar la plantilla laboral bajo pretextos administrativos para abrir espacio a nuevos cuadros, no por su preparación, sino por su lealtad política. Así, se desecha a quienes tienen experiencia, arraigo y conocimiento institucional, para dar paso a improvisados con cargo de confianza, sin que nadie rinda cuentas.La administración actual llegó con promesas de cambio, pero hoy parece más interesada en simular un nuevo rostro mientras reproduce viejas prácticas de abuso de poder, revanchismo y clientelismo. La Beneficencia Pública, un instituto que debería representar el compromiso social del Estado, hoy es el escenario de una injusticia que hiere profundamente la ética gubernamental.El gobernador Eduardo Ramírez Aguilar y su esposa, la señora Sofía Espinosa, presidenta honoraria del DIF Chiapas, deben escuchar este llamado. No se puede construir un nuevo Chiapas sobre los cimientos de la represión laboral y el despojo de derechos. Quien predica con el humanismo debe actuar en consecuencia.Basta de discursos vacíos. Basta de atropellos a la dignidad de las y los trabajadores. Que no se les olvide: en un verdadero gobierno del pueblo, despedir sin motivo es traicionar al pueblo.