ERA: Entre la Apariencia del Poder y la Realidad de sus Límites

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ERA y el poder como aparienciaDe unos 10 años a la fecha, los simpatizantes y amigos del hoy gobernador Eduardo Ramírez Aguilar han venido insistiendo que es uno de los hombres más poderosos de la entidad, junto con Juan José Sabines Guerrero y Manuel Velasco Coello, puntualizando incluso que el comiteco tiene posibilidades de ser candidato presidencial por MORENA.La carrera política de ERA ha sido vertiginosa tras su paso como diputado local, diputado federal, secretario general de Gobierno, senador, presidente del Senado y ahora gobernador; en ello se basan principalmente sus pregoneros para ubicarlo como uno de los personajes decisivos en el devenir de la política chiapaneca.Sin embargo, sus pregoneros se basan más en un sentido de la apariencia, ya que sus puntos de vista son más producto de su apreciación alienada —o convenenciera— que de una visión total de lo que implica tener el poder. Es decir, una cosa es estar dentro del poder, y otra muy distinta es ejercerlo a plenitud, cosa que no sucede con el mandatario.Un aspecto que contrapone ese sentido del poder son los nombramientos de quienes integran su gabinete, que parecen más un pago de favores que de una elección digna de un mandatario; quien tiene el poder en la plenitud de la palabra tiene que elegir a personajes que respondan con creces a esa dimensión política, y el gabinete en turno muestra a un gobernante que tiene que quedar bien ante otras instancias.Igualmente, pese a tener las pruebas necesarias para actuar en consecuencia con el poder, el exsecretario de Salud, José Manuel Cruz Castellanos, sigue impune, despachando como senador, lo cual indica que el poder de Ramírez Aguilar tiene límites, y que todos los personajes del grupo Tabasco son intocables. Entonces, ese poder que pregonan sus simpatizantes es engañoso y no pleno.En otro punto crucial para los chiapanecos, su golpe mediático con el grupo Pakal se está diluyendo con el paso de las semanas, lo que pone de manifiesto que no tiene el poder para enfrentar como debería a los altos índices de secuestros, desapariciones forzadas, extorsiones, cobros de derecho de piso, tráfico de mujeres, niñas y niños, violencia de género, entre otros que, si se ve con atención, lo ponen como un gobernador tibio.El poder de ERA es más del mundo de lo aparente; sigue las condiciones de la simulación, de la proyección mediática de un personaje que se manifiesta como poderoso, pero que en realidad es gobernado por múltiples instancias e intereses. Los boletines de prensa no bastan, tampoco sus arrogantes administradores de redes sociales, quienes ni siquiera saben distinguir a la comunicación social —que es un término bastante complejo y profundo— del ejercicio unilateral del aparato comunicacional del Estado.Eduardo Ramírez es un producto más dentro de la política-espectáculo, sigue un guión y sus intervenciones en redes sociodigitales no lo muestran ni siquiera un poco diferente a Rutilio Escandón; prueba de ello es el video donde Ramírez conduce un automóvil para demostrar la seguridad que hay ahora en el tramo carretero del municipio de Frontera Comalapa. Si a Rutilio le encantaba ser fotografiado caminando en el centro de San Cristóbal, a ERA le gusta la misma estrategia.Un personaje con poder no necesita esos actos de simulación, expresa su poder por sí mismo y no necesita a cientos o miles de bots para que comenten sus posts en las redes; y estos, por cierto, son personajes lastimosos que se conforman con dádivas. Chiapas sigue tocando fondo y lo que menos necesita son personajes que simulan el poder y lacayos que buscan a toda costa congraciarse con éstos.#Chiapas #PolíticaChiapas #EduardoRamírezAguilar #PoderOApariencia #ChiapasEnLaMiraNoticias #ChiapasEnLaMiraInforma#GobiernoSimulado #FarsaPolítica