Chichonal: La furia que sepultó un pueblo

Hoy hace 43 años que el volcán Chichonal hizo erupción Chiapasenlamira.com La noche del 28 de marzo de 1982, la tranquilidad de la región zoque en Chiapas se quebró para siempre. El volcán Chichonal, que durante siglos había permanecido en silencio, rugió con una fuerza descomunal. Los habitantes de Francisco León y Chapultenango, acostumbrados a la calma de la sierra, observaron con temor las primeras señales: temblores constantes, olores sulfurosos y una creciente columna de humo que se elevaba al cielo.Eran las 23:32 horas cuando la erupción inicial sacudió la tierra. El estallido fue tan potente que iluminó la noche, y la ceniza comenzó a caer como una lluvia densa y sofocante. Sin embargo, lo peor estaba por venir.El 3 de abril, el volcán Chichonal desató su furia con una explosividad que cubrió el cielo y ocultó el sol. La columna de cenizas alcanzó los 35 kilómetros de altura, visible a cientos de kilómetros a la redonda. Los flujos piroclásticos, nubes ardientes de gases y rocas, descendieron por las laderas a velocidades devastadoras. En minutos, arrasaron comunidades enteras.En Francisco León, el tiempo pareció detenerse. Casas, escuelas y templos quedaron sepultados bajo toneladas de ceniza. Los habitantes que no lograron huir fueron envueltos por la nube incandescente. El saldo fue catastrófico: alrededor de 2,000 personas perdieron la vida y más de 20,000 fueron desplazadas.Silvia Ramos Hernández, investigadora y testigo de los hechos, relató los días de angustia y desesperación. La ceniza cubrió los campos de cultivo, envenenó los ríos y colapsó la infraestructura. La ayuda tardó en llegar, mientras los sobrevivientes intentaban encontrar a sus seres queridos entre los escombros.Con el paso de los años, el paisaje se transformó. Donde antes se alzaba el cono del Chichonal, ahora yace una caldera de 1.6 kilómetros de diámetro, testimonio de la fuerza incontenible de la naturaleza.Hoy, la memoria de aquel desastre permanece viva en las comunidades zoques. Las tradiciones orales narran cómo la tierra rugió y el cielo se oscureció. La tragedia también impulsó avances en la vigilancia volcánica, para que nunca más la falta de alerta cobre tantas vidas.El Chichonal nos recordó que la tierra tiene memoria y que, aunque el tiempo pase, sus cicatrices permanecen. Para Chiapas, aquella noche de marzo de 1982 sigue siendo un eco imborrable de pérdida y resiliencia.#ChiapasEnLaMiraNoticias #chiapasenlamirainforma #Chichonal #FranciscoLeon#ChiapasParaElMundo #Chiapas