Crisis en la Sierra de Chiapas: Entre el Terror y la Resistencia en Jaltenango

Por Miriam Martínez, Chiapasenlamira.comJaltenango de la Paz, Chiapas, 20 de agosto de 2024. La Sierra de Chiapas es un territorio en guerra. No es una guerra declarada oficialmente, pero la violencia y el temor han tomado el control, dejando a las comunidades atrapadas en un ciclo interminable de enfrentamientos, desplazamientos forzados y la angustia diaria de vivir bajo la amenaza constante de grupos delincuenciales.En la madrugada del 18 de agosto, la oscuridad fue rota por el zumbido de drones cargados de explosivos. El objetivo: el cuartel del 101 Batallón de Infantería en Chicomuselo. La explosión marcó un nuevo hito en el conflicto que asola la región, mostrando el alcance y la capacidad destructiva de los grupos criminales que operan impunemente en la Sierra. Este no fue un ataque aislado, sino el más reciente en una cadena de eventos violentos que han transformado la vida en este rincón de Chiapas en una pesadilla cotidiana.El pequeño pueblo de Regadillo, también en Chicomuselo, fue escenario de un enfrentamiento apenas días antes del ataque con drones. Durante un patrullaje rutinario, las tensiones entre el Ejército Mexicano y los pobladores alcanzaron su punto más alto. Aunque no hubo heridos, el intercambio de miradas desafiantes y el miedo palpable en el aire dejaron claro que la relación entre la comunidad y las fuerzas armadas se ha deteriorado gravemente.La situación es aún más desesperada en Jaltenango de la Paz, donde la presencia de grupos delincuenciales ha sofocado cualquier atisbo de tranquilidad. Con una estrategia que mezcla la intimidación y la coacción, estos grupos han convertido a la población en peones de su guerra. Desde la semana pasada, cientos de habitantes han sido forzados a participar en bloqueos estratégicos en puntos críticos como Escobillal, Siltepec, Chamic y Belisario Domínguez. Bajo la amenaza de represalias, la gente se ve obligada a exigir la retirada del Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal, repitiendo el discurso impuesto por los criminales.Uno de los testimonios más desgarradores proviene de una madre, cuya voz, aunque anónima, refleja la angustia compartida por muchas familias en la región. «No pongas mi nombre, por favor», implora, antes de describir cómo hombres armados se llevaron a su familia, obligándolos a unirse a los bloqueos. «Estoy preocupada por mis hijos. Fueron sacados a la fuerza, y no sé nada de ellos. Lo peor es que el lugar donde los llevaron amaneció hoy completamente incomunicado.»El terror no se limita a Jaltenango. En Frontera Comalapa, La Concordia, El Jocote, y otras comunidades, los bloqueos se multiplican, impidiendo el paso del Ejército y la SEDENA. Estos grupos delincuenciales, que operan con vehículos blindados conocidos como «monstruos» y camionetas igualmente blindadas, han comenzado a emplear drones equipados con bombas, añadiendo una nueva dimensión al conflicto.El Ejército, por su parte, se ve superado por la magnitud de la amenaza. Aunque realizan recorridos en zonas fronterizas, se ven obligados a retirarse frente a las vallas humanas formadas por hombres y mujeres, todos coaccionados para bloquear el avance de las fuerzas de seguridad. La situación es desesperante; cada día, más comunidades se ven envueltas en la violencia, mientras las autoridades se muestran incapaces de contener la expansión de los grupos criminales.El panorama en la Sierra de Chiapas es sombrío. Las familias se ven obligadas a abandonar sus hogares, huyendo del terror que avanza sin cesar. Mientras tanto, la región sigue siendo un campo de batalla, donde los cárteles operan con una impunidad alarmante, utilizando tácticas cada vez más sofisticadas y letales. Los habitantes, atrapados entre el terror y la resistencia, claman por ayuda. Pero hasta ahora, sus voces han sido ignoradas. La violencia sigue su curso, y la paz, una vez tan arraigada en estas tierras, se desvanece en el horizonte.#chiapasenlamiracomunidad #chiapasenlamiranoticias #Mapastepec #ChiapasenlaMira #Jaltenango #Comalapa #Chamic